dissabte, 24 d’octubre del 2015

La gallina de los huevos de oro








Érase una gallina que ponía 

un huevo de oro al dueño cada día.

Aún con tanta ganancia, mal contento,

quiso el rico avariento

descubrir de una vez la mina de oro,

y hallar en menos tiempo más tesoro.

Mátola; abrióla el vientre de contado;

pero después de haberla registrado,

¿qué sucedió? Que muerta la gallina,

perdió su huevo de oro, y no halló mina.





Cúantos hay que teniendo lo bastante,

enriquecerse quieren al instante,

abrazando proyectos

a veces de tan rápidos efectos,

que sólo en pocos meses,

cuando se contemplaban ya marqueses,

contando sus millones,

se vieron en la calle sin calzones!




Félix María de Samaniego




Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada